En seis dĂas, Mateo dejó de comer y le agarró ictericia. Los veterinarios ofrecieron la eutanasia y esas gotas lo revivieron.
Veterinarios piden que se incluya el cannabis medicinal en animales dentro de la Ley 27.350.
HabĂan pasado diez dĂas desde la primera consulta veterinaria, y Juan Ignacio y Lucila, una pareja de jóvenes de Berazategui, le pidieron a una amiga que les saque una foto con sus dos gatos. CreĂan que serĂa la última de la familia entera, porque Mateo, el más chico de los animales, ya no comĂa, se hacĂa pis encima y estaba amarillo por ictericia.
“Es un caso tĂpico para la eutanasia”, les dijo uno de los veterinarios ese dĂa. Pero ellos se negaron y aceptaron la ayuda de una amiga que les habĂa ofrecido aceite de cannabis.
La primera alarma fue cuando notaron que su gato comenzó a perder peso abruptamente y a estar desanimado. El primer diagnóstico veterinario fue que era diabético porque tenĂa la glucemia alta. Las horas pasaron y a pesar de la medicación y la comida especial, Mateo empeoró. Era un caso para emergencias.
Mateo no comĂa, se hacĂa pis encima y tenĂa alta la glucemia. Como no respondĂa a la medicación los veterinarios dijeron que era un "caso tĂpico para la autanasia".
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Derivados a un hospital veterinario, a esos primeros estudios le siguieron una baterĂa de análisis. El diagnóstico fue un golpe: podĂa ser un cáncer avanzado. “Cuando le hicieron la ecografĂa vieron que por dentro era todo medio un desastre. Ellos creĂan que tenĂa cáncer porque veĂan el hĂgado y los riñones como infiltrados, como con un tumor adentro”, contó Lucila en minutouno.com.
“La otra posibilidad era que haya sido diabético desde hacĂa mucho tiempo. Pensaban que eso que se veĂa podĂa ser glucógeno, cuando se acumula el azúcar en los órganos. AsĂ que le dieron antibióticos, suero e insulina”, agregó Juan Ignacio. Pero nada de eso funcionó y en dos dĂas el gato “se vino abajo”.

De la casa al veterinario
El ánimo de Mateo no ayudaba. Tras los análisis, habĂa quedado internado para que le inyectaran suero. Pero el desconocimiento del entorno lo debilitaba aún más, por lo que sus dueños decidieron llevarlo a su hogar. La condición no fue fácil: tuvieron que trasladarlo dos veces por dĂa al hospital que no quedaba en su barrio.
En la casa la situación no era fácil. Se pidieron dĂas en el trabajo, el gato hermano no lo registraba y Mateo se escondĂa en lugares oscuros. “No querĂa saber más nada”, advirtieron.
Lucila y Juan Ignacio pidieron licencia en el trabajo. Llevaban dos veces por dĂa al gato para que le pongan suero. Gastaron 30 mil pesos en 15 dĂas
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“Al sexto dĂa, Mateo ya no comĂa y le agarró ictericia porque el hĂgado se estaba envenenando a sĂ mismo. TenĂamos un gato diabético porque tenia la glucemia alta, en teorĂa, por estos linfomas. Estaba en un proceso del que no habĂa vuelta atrás. Le daban suero pero seguĂa sin comer y no podĂa revertir el proceso de la ictericia que era lo primero que lo iba a matar. Si estás diabético y le das corticoides es peor, pero querĂan que reaccione para que coma. En ese momento ya se hacĂa pis encima y tenĂa las orejas y los ojos amarillos. No podĂa con su alma. Era un cuadro terminal. Nos recomendaron que lo eutanasiemos. Verlo sufrir fue la peor parte”, describió Juan Ignacio.
Al estrés y la tristeza se sumó otro ingrediente que les preocupaba a futuro. Por la ausencia de hospitales veterinarios gratuitos, gastaron 30 mil pesos en un 15 dĂas. “Estábamos entregadĂsimos, sin ir a trabajar y yo estaba todo el dĂa con este tema. Si no tenĂamos esa plata, nuestro gato se morĂa”, agregó Lucila.
Piden que se incluya el uso veterinario en la Ley de cannabis
El de mateo no es el único caso. En Capital Federal hay varias veterinarias que ya preescriben el cannabis para algunas enfermedades y en Neuquén el veterinario José Massabo abrió el centro VET365 especializado en el tratamiento con este aceite en animales con enfermedades crónicas.
En el marco de la nueva regulación de la ley 27.350 de cannabis medicinal para humanos, Massabo, junto a otros colegas, impulsaron una campaña a través de consultorioacannabicovet365@gmail.com para que en esta legislación se garantice el uso terapeútico en animales no humanos y se permita el autocultivo.
"Lo que favorecerĂa eso es el acceso más simple a la sustancia, y como son tratamientos que en la mayorĂa son muy prolongados o de por vida, la idea es trabajar con aceites que sabemos cómo están hechos y no en la clandestinidad, sino fracasa el tratamiento o le puede hacer mal al perro o al gato. El THC, por ejemplo, tiene efectos psicoactivos y le puede generar efectos raros al animal. Hay que tener cuidado en ese punto también, por eso desde ese aspecto, el tratamiento estarĂa más cuidado si se permite el autocultivo", explicó en minutouno.com.
Además, contó que el cannabis, a través de sus dos sustancias, el THC y el CBD, actúa de igual forma sobre el sistema endocannabinoide de animales no humanos y humanos, con la capacidad de regularlo. Entre las enfermedades que pueden tratarse están la epilepsia refractaria, el dolor crónico de cadera o columna, las secuelas de moquillo canino, tratamientos paliativos en pacientes oncológicos, problemas respiratorios (dado que tiene un efecto broncodilatador y antiinflamatorio) y en perros adultos mejora los déficits cognitivos, como el insomnio o la falta de apetito.
Veterinarios de todo el paĂs lanzaron una campaña para que se incluya el uso veterinario del cannabis en la nueva reglamentación de la ley 27.350.
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El frasco de cannabis medicinal
Durante todo el proceso, Lucila habló constantemente con una amiga que tiene cinco gatos e intentaba por todos lados encontrar una salida al problema. Las charlas desesperanzadas entre ellas derivaron en una idea.
“Me contó que tenĂa un compañero de trabajo con una hija con cáncer que usa aceite de cannabis medicinal para las quimioterapias. Me ofreció conseguirme un frasquito por medio de él y probamos darle eso. Me lo habĂa ofrecido antes, pero es como que estábamos yendo al veterinario y decĂamos mejor que esto no deberĂa haber. Pero cuando ya no sabĂan que hacer y me recomendaron eutanasiarlo, terminé aceptando”, sostuvo Lucila.
Aceptaron un frasco de cannabis y le dieron dos gotas. En 24 horas el gato mejoró el ánimo, y al segundo dĂa, comenzó a comer.
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Esa misma noche, Mateo recibió las dos primeras gotas de cannabis medicinal. Ellos, por su parte, comenzaron a escribir en un cuaderno cada una de las reacciones del animal: “Anotábamos todo lo que hacia minuto a minuto. Por ejemplo a qué hora se levantaba, si hacĂa pis, o tomaba agua, cómo iba de cuerpo... Era importante entender cómo iba restaurando sus funciones vitales. Y eso se lo llevábamos al veterinario todos los dĂas”. Con el cannabis, la atención extrema y el amor, estaban a punto de salvarle la vida.
La mejorĂa fue casi instantánea. “Al otro dĂa le acercamos la comida y empezó a olerla y tener interés. Le costaba comer pero se sentĂa interesado”, detalló Lucila. La comida era Ensure Glucerna con gotitas de canabbis con jeringa y el suero del veterinario. En ese momento, ya no le daban más corticoides. Al segundo dĂa, el gato mostró un gran avance: comenzó a comer sólidos, a ir de cuerpo y recuperarse.
El primer signo de bienestar fue superar la ictericia, un proceso que le llevó una semana. Luego, de a poco, fue restaurando su vida normal hasta que sanó. La conclusión del diagnóstico fue una cetosis diabética. Actualmente, Mateo es un paciente diabético normal insulino dependiente. Para medirle la glucemia, ellos le pinchan la oreja y luego lo inyectan.
El ministerio de Salud reglamentó la ley de uso medicinal del cannabis para humanos.
"Las gotitas le salvaron la vida"
“Creemos que las gotitas regularon un problema hormonal gigante. Le dieron bienestar para comer y empezar a recuperarse, algo que no lograron ni los corticoides ni el suero con potasio. Con una gota o dos por dĂa su cuerpo se reactivó y empezó a comer a las 24 horas. Se levantó en un dĂa”, comentaron Lucila y Juan Ignacio, para luego especificar sobre uno de los problemas que enfrentaron.
Si hubiésemos querido hacer un tratamiento prolongado no podés porque cuando se terminó no supimos cuál era la cepa ni la planta".
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"Darle estas gotitas le salvo la vida pero uno de los problemas es que como hay muy poca información, esta chica nos dio este gotero con este aceite, pero que no sabemos qué cepa es ni qué planta. Esto le hizo re bien pero a los 3 meses, cuando se terminó, nuestra amiga nos trajo otro gotero que no era del mismo, aunque lo olĂas y era igual. Después nos trajo otro, lo olĂ y era re fuerte. Lo probamos y causaba taquicardia", comentaron, coincidiendo con la posición de Massabo sobre la importancia de favorecer el autocultivo para saber qué genética le debés brindar al animal.
"Si quisieras hacer un tratamiento prolongado de algo, no podés. Hay muchas cepas y si algún animal tiene una enfermedad crónica uno deberĂa poder producir de lo mismo porque no podés estar probando todo el tiempo", concluyeron, y destacaron que el trabajo de los veterinarios también fue muy positivo.