Airplane! : la historia del clásico del cine de humor por el que nadie daba un duro
En el verano de 1980 habĂa dos comedias que lo estaban rompiendo, y ninguna de ellas era esta famosa parodia del cine de desastres.
Hace 40 años, la temporada de pelĂculas de verano era muy diferente a la que conocemos hoy en dĂa. De hecho, era como la noche y el dĂa. En 1980, según se acercaba en Estados Unidos el Memorial Day, solo habĂa un pequeño puñado de secuelas en las carteleras, pero para que nos hagamos a la idea, la cosa estaba entre Los caraduras y lo nuevo del dúo porrero Cheech y Chong. SĂ, es ciero, la grandĂsima El Imperio contraataca también estaba ahĂ. Pero la idea misma de las pelĂculas de superhéroes no existĂa todavĂa, a menos que se tuviera en cuenta la única excepción de Superman II, con el añorado Christopher Reeve. En otras palabras, era una época mejor y más simple en la que las comedias aún tenĂan una oportunidad para pelear en la cartelera en los meses más calurosos del año. Y en ese largo y caluroso verano de hace cuatro décadas solo habĂa dos comedias que lo estaban rompiendo, y ninguna de ellas era Aterrizas como puedas.
Tras el éxito de taquilla de Desmadre a la americana en julio de 1978, el verano se convirtió rápidamente en el campo de batalla donde Hollywood tenĂa la intención de plantar la bandera de la comedia. Con un presupuesto de 2,7 millones de dólares, la burda y bastante bestia comedia universitaria dirigida por John Landis y protagonizada por John Belushi, de Saturday Night Live, recaudó más de 140 millones de dólares, convirtiéndose en la comedia más taquillera de todos los tiempos, superando a Sillas de montar calientes, de Mel Brooks. De la noche a la mañana, todo el mundo en Burbank y Culver City querĂa colaborar y hacer negocios con el equipo creativo responsable del éxito de la pelĂcula.
Pero en lugar de reunirse para un bis, el grupo de cerebros detrás de Desmadre a la americana se dividió en dos bandos, con Landis y Belushi yendo a Chicago para hacer Granujas a todo ritmo, mientras que los co-guionistas Harold Ramis y Doug Kenney fueron a Florida para hacer El club de los chalados, aquella anárquica sátira sobre un club de campo. Durante sus caóticas producciones, las dos pelĂculas compitieron a todos los niveles, desde cuál de las dos harĂa mejor recaudación en la taquilla hasta cuál de los dos repartos y el equipo podĂan meterse más cocaĂna. Sin que ninguno de los dos lo supiera, habĂa una tercera comedia que se estrenarĂa en el verano de 1980, una absurda y diminuta avalancha de bromas realizada por Paramount que volaba por debajo del radar de todo el mundo.
Airplane o "Aterriza como puedas" surgió de la amistad desde la infancia entre tres hombres llamados David Zucker, Jim Abrahams y Jerry Zucker (un equipo creativo que más tarde se rebautizó como "ZAZ" por las iniciales de sus apellidos). En 1971, mientras asistĂan a la Universidad de Wisconsin en Madison, el trĂo creó una compañĂa cómica de sketches llamada The Kentucky Fried Theater. Además, estaban obsesionados con las pelĂculas antiguas, cuanto más cutres mejor, y a menudo se reunĂan para verlas sin sonido mientras improvisaban sus propios diálogos sin sentido, una especie de prototipo de Misterio en el espacio. Una de esas pelĂculas fue Zero Hour!, una absurda pelĂcula de 1957 protagonizada por Dana Andrews y Sterling Hayden. La trama, tal como era, giraba en torno a un vuelo comercial en el que los pilotos y los pasajeros del avión sufrĂan una intoxicación alimentaria, obligando a un ex piloto militar de la Segunda Guerra Mundial a acudir a la cabina de los pilotos y aterrizar el avión en medio de una espesa niebla. Inmediatamente se dieron cuenta de que la idea estaba madura para ser parodiada.
Sin embargo, antes de que Abrahams y los hermanos Zucker convirtieran Zero Hour! en el plano y el andamiaje de Aterriza como puedas, necesitaban algo de experiencia práctica en el negocio del cine. AsĂ que, en 1977, escribieron y produjeron de forma independiente una colección de chistes y parodias de pelĂculas de autocine llamadas The Kentucky Fried Movie. Como ninguno de ellos tenĂa ni idea de cómo dirigir, recurrieron a un joven de 26 años que habĂa abandonado la escuela secundaria llamado John Landis, cuyo único mérito detrás de la cámara habĂa sido un chiste barato de 60.000 dólares sobre un tipo con un traje de gorila titulado Shlock. The Kentucky Fried Movie no ha envejecido particularmente bien. Mucha gente ha ejecutado la idea mucho mejor desde entonces. Sin embargo, su colección de chistes de "tirar todo a la pared" y de "pelĂcula dentro de una pelĂcula" (una falsa epopeya de artes marciales llamada Por un puñado de yenes, por ejemplo) se convertirĂa en el modelo a seguir, una pelĂcula que esta vez estaban decididos a controlar y dirigir ellos mismos.
Abrahams y los Zuckers se encerraron y volvieron a ver Zero Hour! hasta que sus ojos acabaron cansados de tanto verla. HacĂan una pausa en su vĂdeo después de cada escena y luego lo traducĂan a su absurdo mundo, dándole lo que se convertirĂa en su caracterĂstico giro. No es sorprendente que cuando terminaron el guión de Aterriza como puedas, nadie en Hollywood se interesó por él. Hasta que Michael Eisner, entonces jefe de la Paramount, lo leyó. Vio potencial... aunque con un precio de 3,5 millones de dólares, también vio un pequeño inconveniente. Decidió jugársela.
Los chicos ZAZ sabĂan que si la pelĂcula funcionaba, necesitaban llenar el reparto con actores fuera del ámbito de la comedia que pudieran decir una frase absurda con una convicción ciega y sin guiñar el ojo al público. El humor vivĂa y morĂa por la desconexión entre esos dos extremos, por no mencionar su interminable repertorio de juegos de palabras y visuales. El primer nombre de su lista fue Robert Stack (que interpretarĂa al Capitán Rex Kramer). Stack, que habĂa interpretado a Eliot Ness en la versión televisiva de Los Intocables de 1959 a 1963, parecĂa entender lo que querĂan hacer los cineastas, y le hizo gracia. Pero también querĂa saber quién más estarĂa en la pelĂcula antes de comprometerse.
Aunque el papel habĂa sido escrito para David Letterman, Robert Hays finalmente se impondrĂa a Bruce Jenner por el papel principal del piloto de combate con cicatrices psicológicas Ted Striker. Mientras tanto, Julie Hagerty superó a Sigourney Weaver y Shelley Long, la futura estrella de Cheers, se hizo con el papel de la azafata Elaine. Poco después, en rápida sucesión, la troika de veteranos de pétreas caras formada por Lloyd Bridges, Leslie Nielsen y Peter Graves también se unieron, algunos con más reservas que otros. Según Jerry Zucker, cuando Graves leyó el guión por primera vez, lo tiró a la basura, pensando que su personaje, el Capitán Oveur, que pregunta a un joven si ha visto alguna vez a un hombre adulto desnudo y si le gustan las pelĂculas de gladiadores, era un pedófilo. Finalmente, su esposa y su hija le hicieron ver la luz. En cuanto a los directores novatos, su única instrucción a su reparto antes de que gritaran "Acción" fue: "Finge que no sabes que estás en una comedia".
Leslie Nielsen, que habĂa conseguido el papel de Dr. Rumack después de que tanto Vincent Price como Jack Webb fallecieran, habĂa estado trabajando en un relativo segundo plano desde principios de los 50 en westerns para televisión y programas sobre crĂmenes. Más que nadie, se tomó el proceso del equipo ZAZ como algo natural (más tarde volverĂa a trabajar con ellos en las pelĂculas de la saga Agárralo como puedas). Pero según Abrahams y los Zuckers, Nielsen siempre tuvo un lado mucho más ganso que nunca tuvo la oportunidad de salir en pantalla. De hecho, durante años, Nielsen habĂa llevado consigo un cojĂn tamaño bolsillo que desplegaba en los ascensores llenos de gente. Su coprotagonista Robert Hays comentó que Nielsen "tocaba esa cosa como un maestro". Para él, ser capaz de decir una frase como "No me llames Shirley" con una hilarante seriedad resultaba más sencillo de lo que nadie podĂa imaginar.
Pero ahora volvamos a ese verano de hace 40 años. Después de retrasarse varias semanas con respecto a lo previsto, y de varios millones de dólares extra de presupuesto (gracias en parte a la espiral de cocaĂna en la que estaba metido John Belushi), la esperada Granujas a todo ritmo, de Universal, se estrenó por fin el 20 de junio. Recibió crĂticas bastante tibias. Por muy querida que sea para algunos, en ese momento quedó claro tanto para el estudio como para Landis que su pelĂcula no serĂa otra Desmadre a la americana. Un mes más tarde, El club de los chalados, de Orion y Warner Bros., correrĂa un destino similar: duras crĂticas, una taquilla decepcionante, e inversores decepcionados. En cambio, fue Aterriza como puedas, la pequeña pelĂcula que nadie tenĂa en cuenta y no vieron venir, la que se convirtió en una sensación instantánea desde el primer momento que llegó a los cines el 2 de julio de 1980.
En el Chicago Sun-Times, el crĂtico Roger Ebert escribió: "Aterriza como puedas es algo asĂ como un estudiante universitario de segundo año, obvia, predecible, cutre, y a menudo muy divertida. Y la razón por la que es graciosa es precisamente por eso, porque es de segundo año, algo obvio, cutre, etc". Incluso el relativamente exquisito New York Times elogió más de lo esperado a la pelĂcula, ya que crĂtica Janet Maslin comentaba: "Como remedio para el autobombo de otras muchas pelĂculas actuales, es justo lo que el doctor recetó". Omitió si ese doctor era, de hecho, el Dr. Rumack interpretado por Leslie Nielsen o si habĂa pedido carne o pescado.
Aterriza como puedas recuperó su modesto presupuesto de 3,5 millones de dólares en sus primeros cinco dĂas, tras ser estrenada en multitud de cines. Y a medida que el verano de 1980 avanzaba, se convirtió en un éxito gracias al boca a boca, consiguiendo 83 millones de dólares en el mercado estadounidenses, y convirtiéndose en la cuarta pelĂcula más taquillera del año, sólo por detrás de El imperio contraataca, de Cómo eliminar a su jefe, y Locos de remate, la gamberrada de dos ex convictos interpretados por Richard Pryor y Gene Wilder. También se convirtió en la más improbable de las candidatas a ganar premios cinematográficos. No a las Oscars, pero sĂ consiguió ganar el premio a la mejor comedia adaptada del Sindicato de Guionistas de Estados Unidos, premiando asĂ el trabajo de Abrahams y los hermanos Zucker. ÂżPor qué adaptada? Porque sus creadores se habĂan basado bastante en Zero Hour! (tomando prestado incluso el signo de exclamación de su tĂtulo original, Airplane!), asĂ que ni siquiera la pelĂcula más original del año podĂa presumir de ser completamente original.
Cuarenta años después, Aterriza como puedas forma parte de la prestigiosa colección de pelĂculas del Registro Nacional de Cine de la Junta Nacional de Conservación de Cine en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Nada más y nada menos. Algo que no deberĂa sorprender a nadie que puede citar muchas de las inolvidables frases de los diálogos de la pelĂcula. También puede presumir de haber envejecido sorprendentemente bien, sin duda mucho mejor que la mayorĂa de las comedias de la época de Carter y Reagan. La razón de esa sana longevidad puede ser porque, aparte de seguir siendo ridĂculamente divertida, es unas de esas raras comedias de Hollywood que no se basa en referencias de la cultura pop que envejecen rápidamente para construir su humor. Consigue ser a la vez de su tiempo e imperecedera. Más que nada, es una sátira de un cierto estilo de actuación, de esa especie de seriedad impertérrita que siempre tendrá una diana clavada en la espalda. Después de todo, mientras haya actores, ya sean estrellas de primera fila o actores secundarios, que se tomen a sĂ mismos demasiado en serio, pincharles y desinflarles nunca pasará de moda. Es algo que, como la misma Aterriza como puedas, es atemporal.