La intimidad del dĂ­a que Perón recibió el cuerpo robado de Evita después de 16 años

El 3 de septiembre de 1971 le fueron restituidos al General exiliado los restos de su esposa. La negociación para conocer el paradero del féretro y devolvérselo a Perón. La llamada al embalsamador de Evita, Pedro Ara, para constatar que fuera el cadáver. Y la filmación que registró ese momento

Fue un 3 de septiembre como hoy pero hace 49 años, en 1971. Aquella fecha, tras negociaciones que se extendieron durante años, le fueron restituidos a Juan Domingo Perón los restos de Evita, que habĂ­an sido robados hacĂ­a 16 años atrás. La devolución se concretó en la residencia del General en Puerta de Hierro, Madrid, donde permanecĂ­a exiliado tras ser derrocado en 1955 por la Revolución Libertadora.

Tras más de una década y media en la que gran parte de la sociedad argentina preguntaba y reclamaba sobre el paradero del cadáver de Eva, que habĂ­a sido parte de la batalla polĂ­tica, la restitución fue un mensaje de los enemigos de Perón: aparecĂ­a como un gesto de apaciguamiento, tras años de proscripción y persecución. Pero era también una señal de debilidad de un régimen en retirada.

MarĂ­a Eva Duarte de Perón murió de cáncer el 26 de julio de 1952. Su cuerpo fue embalsamado por el médico español Pedro Ara Sarriá y depositado en el edificio de la Confederación General del Trabajo (CGT), en la calle Azopardo. El 22 de noviembre de 1955 un comando de la Revolución Libertadora irrumpió en la sede sindical y secuestró el cadáver.

El hecho disparó diferentes rumores sobre su destino: se decĂ­a que habĂ­a sido arrojado al RĂ­o de la Plata, que habĂ­a sido incinerado, que habĂ­a sido profanado. Lo cierto es que desde entonces Perón, que habĂ­a huido hacia Paraguay antes de estar asilado en otros paĂ­ses y recalar en España, casi no supo más nada sobre su paradero.

El cadáver de Evita fue embalsamado por orden del General Perón y luego exhibido en el edificio de la CGT

Los restos de Eva Perón ingresaron a territorio español desde Italia bajo el nombre falso de MarĂ­a Maggi de Magistris, mediante trámites ante las autoridades que corrieron por cuenta del embajador argentino brigadier Jorge Rojas Silveyra. El cuerpo habĂ­a estado sepultado desde el 13 de mayo de 1957 en el Cementerio Mayor de Milán. En la lápida de la tumba podĂ­a leerse ese mismo nombre ficticio.

El periodista Osvaldo Papaleo, que habĂ­a viajado a Madrid como enviado de Canal 9 al enterarse de que era inminente la restitución del cadáver, recordó en diálogo con Infobae: “Cuando entregan el cuerpo, se blanquea todo, dónde habĂ­a estado”.

El cadáver de Evita llegó a Italia tras “una gestión que habĂ­a hecho directamente el Vaticano con el gobierno de entonces, con (Pedro) Aramburu, al cual le certifican que todo se iba a desarrollar en paz, y fue asĂ­, ella realmente descansó en paz, bajo otro nombre, lamentablemente, pero descansó en paz”, contó Papaleo.

Para el periodista, la intervención del Vaticano fue positiva: “Fue una opción bien elegida la Iglesia, porque en aquel momento Aramburu se encontraba arrinconado por los sentimientos de muchos de sus camaradas. Si no hubiera intervenido el Vaticano no hubiera tenido el cuerpo de Evita el tratamiento que tuvo, y el silencio que hubo durante tantos años, que calmó los espĂ­ritus”.

Eva Duarte falleció el 26 de julio de 1952, en Buenos Aires

Ese traslado se habĂ­a realizado en secreto. Pero aún asĂ­ Perón estaba medianamente informado. AsĂ­ lo demuestra con el texto de una carta que le envió en agosto de 1970 al Papa Paulo VI y que reprodujo Infobae.

En ella, el Presidente señala: “No tiene otro sentido esta carta que es un ruego (...) Algunas debilidades humanas le han quitado a mis compatriotas a la mejor de sus hijas, Eva Perón. El pueblo argentino la necesita (…) Me consta, y desde el fondo de mi alma he dado gracias a Dios por ello, que la intervención de la Santa Sede impidió, en su momento, el sin-destino sacrĂ­lego de los restos mortales de Eva Perón”.

Esa misiva la concluyó con el siguiente pedido: “Es probable y seguramente serĂ­a lo atinado, que haya que hacer una etapa intermedia entre la revelación del lugar donde descansa actualmente Eva Perón y su definido traslado a la Argentina. Esta etapa podrĂ­a ser España, con la información y explicaciones debidas a mis compatriotas (…) Humildemente, me inclino ante su Santidad”.

Cuando se realizó la restitución, a las 21:10 de aquel 3 de septiembre, se redactó un acta que fue firmada por todos los presentes: además de Perón, Rojas Silveyra, el Coronel Héctor Cabanillas (quien escondió el cadáver durante 16 años), Jorge Paladino y López Rega, los dos padres mercedarios. La única que no lo hizo, por delicadeza, fue Isabelita. En tanto que por el Vaticano, firmó el Padre Alessandro Angeli, que en realidad era el sacerdote y periodista Giulio Madurini, encargado de la gestión para exhumar el cuerpo.


Perón se exilió en la residencia Puerta de Hierro, en Madrid

En el documento, Rojas Silveyra y Perón dejan “expresa constancia” de que el primero “ha procedido a entregar [al] Señor Juan Domingo Perón, con la plena conformidad de éste, una caja mortuoria que contiene los restos mortales de su señora esposa doña MARIA EVA DUARTE DE PERON”. Para dejar constancia del estado en el cual le entregaron los restos, Perón ordena hacer la filmación.

Dudando del cadáver embalsamado, Perón mandó a llamar al doctor Pedro Ara para verificarlo. “Fue el sábado 4 de septiembre de 1971, hacia las 9 de la mañana (…) cuando sonó el teléfono. El señor López Rega, de parte del general Perón, me rogaba que fuera a visitarles. Fui recibido con su proverbial cordialidad por el general Perón, su esposa, Isabel MartĂ­nez, y su hombre de confianza, señor López Rega. Mostrándose los tres conmovidos; el General, en grado sumo. Penetramos juntos en un largo salón. Especie de jardĂ­n de invierno, inundado de sol. Al fondo, sobre una mesa, veĂ­ase un viejo y ordinario féretro ya abierto”, relató el doctor español en sus memorias.

Aunque advirtió que debĂ­a examinarlo, Ara creyó desde un primer momento que el cuerpo podrĂ­a corresponder a Evita. “A primera vista, el espectáculo impresionaba lastimosamente: humedad y suciedad. Sin el menor desorden en el peinado, la cabellera aparecĂ­a mojada y sucia. Las horquillas, herrumbradas, se quebraban entre nuestros dedos. La esposa del general comenzó a deshacer las trenzas de Eva para ventilar y secar sus cabellos y limpiarlos de herrumbre y tierra…”.


Los restos embalsamados fueron robados el 22 de noviembre de 1955. Imágenes exclusivas de Infobae

Por su parte, Papaleo aseguró que tenĂ­a “algún deterioro, que Perón adjudicaba al odio que puede dividir un paĂ­s”. “Perón sacaba conclusiones de eso, que fue conformando un poco al Perón que volvió en 1972 y 1973, que se dio cuenta de que los argentinos habĂ­amos ido demasiado lejos en el odio polĂ­tico”, consideró. Y agregó: “Por eso buscó quitarle dramatismo a la situación”.

Tres años más tarde, habiendo ya el General fallecido, la por entonces presidenta Isabel MartĂ­nez de Perón ordenó restaurar el cuerpo de Evita. El escultor Domingo Tellechea, que en esa época era jefe del laboratorio de restauración del Museo de la PolicĂ­a Federal Argentina, se ocupó de esa tarea para asĂ­ borrar para siempre las huellas del agravio.

El 1Âş de julio de 1974, el cuerpo de Evita fue depositado en la cripta de Olivos, junto al de Perón. Hoy están separados: se encuentran uno en Recoleta y otro en San Vicente.

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