El ex espĂa inorgánico de la SIDE era informante de la Agencia Antidrogas. Usaba otros 4 nombres falsos, tuvo una docena de causas penales y un pedido captura de Interpol. La historia completa de lo que ocurrió en la Flor de ATC en diciembre de 2003.
Julio César Pose, verdaderamente La Morsa, era informate de la DEA. El ex espĂa inorgánico de la SIDE y asiduo colaborador de la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos que ahora saltó a la fama es un viejo conocido de los denominados âsótanos de la democraciaâ.
Como todo agente secreto, tiene varios nombres: Julio Posse, José Posada, el Gitano Julio, Juan Papaleo. Admirado por colegas, consultado por periodistas, necesitado por abogados y temido por los polĂticos, Pose carga con un frondoso historial de participación en casos policiales de relevancia nacional.
La foja judicial de Pose -a la que accedió Ámbito- lo involucra en una docena de causas por delitos de acción pública, infracción a la Ley 23.737 (narcotráfico), infracción al artĂculo 302 del Código Penal (dar cheques sin fondos), estafa, contrabando, encubrimiento de contrabando, retención indebida.
Interpol Perú emitió en 2003 una orden de captura internacional en su contra y al año siguiente la publicó Interpol Buenos Aires. Pero gracias a los nexos de Pose con importantes estructuras del poder de ese momento, quedó desactivado.
A La Morsa verdadera se le atribuyen increĂbles hazañas policĂaco-delictivas: lo vinculan a la detención en México y la posterior extradición de Enrique Gorriarán Merlo; fue mano derecha de âMamelucoâ Villalba en San MartĂn; estuvo al detalle de lo ocurrido en la quinta de Ingeniero Maschwitz, donde se encontró un megalaboratorio de metanfetamina; fue pieza clave en el desenlace del Triple Crimen de General RodrĂguez (fuentes reservadas mencionaron un serio conflicto con Sebastián Forza y una incomprobable âdevoluciónâ de gentilezas); lo ubican en la historia del shopping Unicenter y los homicidios de los colombianos; orientó el operativo que descubrió un cargamento de droga escondido en los paneles del primer piso desmontable del Estadio Único de La Plata, y la lista sigue.
Los que conocen sus andanzas miran las recientes imágenes del juicio por tráfico de drogas que en estos dĂas se lleva en su contra y recuerdan el aro de platino de la oreja izquierda, el tatuaje que parece una firma en su mano derecha y la silueta que asoma del hombro izquierdo con el chico de gorrita. âPose es un narco-informante, dicen que no podés hacer dos negocios con él, el primero bien y el segundo te entregaâ, dijo a este cronista un hombre que lo conoce en profundidad.
AquĂ, se publica por primera vez, la historia completa referida a la causa a 19.862/03, sobre lo ocurrido en la Flor de ATC y el documento que comprueba que La Morsa era de la DEA:

Documento Exclusivo: A pedido del fallecido juez Claudio Bonadio, en septiembre de 2005 el agregado de la DEA en la Argentina, Antonhy Greco Jr. confirmó que Julio César Pose (La Morsa) colaboraba con la Agencia Antidrogas de EEUU.
âEl objetivo del operativo era meter los 50 kilos de coca en el Congresoâ. Eso fue lo que dijo el ex militar Carlos Alberto Cogno al juez federal Claudio Bonadio cuando tuvo que explicar qué hacĂa el mediodĂa del 31 de diciembre de 2003 en la âflor de ATCâ junto a Julio César Pose, Freddy Marcelo RĂos y Virginio Raúl Valdez con una mochila con 38 kilos de cocaĂna de máxima pureza en el baúl de un Ford Escort modelo 95.
âLo de (Sebastián) Forza está calcado de la causa 19.862/03, buscala, lee las declaraciones y fijate quién es Pose, mirá cómo se manejan estos tipos y ahĂ te vas a dar cuenta por dónde viene la manoâ, advirtió a este cronista un viejo compañero de andanzas de Pose, el informante de la DEA y testigo clave del triple crimen de General RodrĂguez.
Unos meses antes de la redada en la avenida Figueroa Alcorta y Tagle, donde cayeron presos Cogno, RĂos y Valdez, Pose habĂa viajado a Salta para contactarlos. Prometió 3.000 dólares a cada uno y empezar a trabajar para la DEA. Aceptaron porque âno tenĂan un magoâ. El operativo parecĂa sencillo: conseguir a dos salteños (RĂos y Valdez) con antecedentes en drogas, traer la droga en auto a Buenos Aires, ingresar al estacionamiento del Congreso Nacional y dejar el cargamento ahĂ. La DEA se iba a ocupar de avisar a GendarmerĂa para que decomise el Escort y asĂ armar una âmovida para desestabilizarâ al gobierno de Néstor Kirchner, a siete meses de la asunción.
De las declaraciones testimoniales de Cogno, RĂos y Valdez se desprende toda la historia, pero a Bonadio no le llamó la atención. Como manotazo de ahogado, Cogno envió más de 300 cartas de legisladores nacionales y provinciales, puso en conocimiento de su versión a la Oficina Anticorrupción y a ex funcionarios nacionales. âNo quieren investigar el accionar al margen de la ley del ex juez federal Juan Carlos Legascue quien ideó la operación, y al agente de la SIDE Ramón Ceferino Mendozaâ, sostuvo Cogno en el pedido de juicio polĂtico a Bonadio, desestimado por el Consejo de la Magistratura en la resolución 325 del 13 de julio de 2006.
Del expediente surge que RĂos y Valdez tuvieron que arreglar en Salta el Escort (propiedad de Valdez) porque estaba destruido y asĂ no podĂan hacer 1.700 kilómetros hasta la Capital Federal: le faltaba el vidrio trasero, la luneta, no tenĂa faroles y el tren delantero tambaleaba por un choque. Pose les dejó la guita y se volvió para ultimar los detalles del operativo. Legascue y Mendoza, quienes conocĂan a Cogno ocho años atrás monitoreaban todo desde Paraná, Entre RĂos.
Legascue, inorgánico de la SIDE, lideraba el grupo; Mendoza, fuente âde la disuelta Dirección de Contraterrorismo y Contraproliferaciónâ que fue desafectado a principios de 2002 de la SIDE, y Cogno, ex militar, chofer de Legascue y vecino de Mendoza, eran sus alfiles de más confianza; Pose era brazo ejecutor de las maniobras, un experto infiltrado en negocios con ânarcosâ y recolector de buchones en la zona norte del conurbano bonaerense. Su viejo amigo lo pinta completo: âNo se puede hacer dos negocios con Pose, el primero bien, el segundo te entrega a la DEA o algún cartelâ.
Pero Pose no trabajaba solo. âEl equipo era Pose, Guillermo Arturo González y Abraham âTitoâ Tenembuan. Cada uno hace su rol, uno de bueno, el otro hace de malo, y âTitoâ, el menos operativo, hace de salvador. El que cae en las manos de ellos no se da cuenta que son un equipo, y según las caracterĂsticas de la operación, van apareciendo en escena, pero nunca aparecen todos juntosâ.
González es comisario inspector retirado de la policĂa bonaerense y fue director general de Investigaciones Complejas y Narcocriminalidad. Tenembaun se agarraba a piñas con MartĂn Karadajian en el cuadrilátero de Titanes en el Ring.
El operativo marchaba como lo planeado. RĂos y Valdez arreglaron el Escort 95, recibieron los casi 50 kilos de cocaĂna cerca de la frontera con Bolivia y emprendieron la travesĂa. âManejaron casi 2.000 kilómetros con un coche echo mierda y no los detuvo ningún control policialâ, contó un abogado que trabajó en la causa. âSi la idea era decomisar la cocaĂna, ÂżPor qué Pose no los vendió el dĂa que salieron de Salta, en el trayecto hay decenas de juzgados federales que podĂan haberlos esperado con GendarmerĂa en el camino? Evidentemente tuvieron vĂa libre para llegar a Buenos Airesâ, dedujo.
Veinticuatro horas antes de iniciar el plan, Pose sentó a Cogno, RĂos y Valdez en una mesa del shopping Unicenter. âEra la tercera vez que Pose y Cogno se juntaban cara a cara, las anteriores fueron en un club de Liniers y en un bar muy frecuentado por los âservisâ, de la avenida Cabildo, frente a los cines Atlas. Tiene un ventanal enorme a la calle. AhĂ te filman y graban para tener material para inculpar si algo sale malâ, reveló el ex compañero del testigo de identidad reservada en la investigación sobre âla ruta de la efedrinaâ que llevó a delante el juez federal Federico Faggionatto Márquez desde Campana.
En la reunión Pose explicó que RĂos y Valdez deberĂan ingresar a la mañana siguiente -bien temprano- al estacionamiento del Congreso con tarjetas magnéticas y les dio dinero para que se compraran trajes. Pero algo salió mal y las tarjetas nunca aparecieron. En su declaración ante Bonadio, Pose confirma que la droga estaba en el auto: âHabĂa tanto olor que te volteabaâ.
La mañana del 31 de diciembre se reunieron los cuatro en el bar de Cabildo. âPor todos los medios Pose intentó convencerlos de que vayan al Congreso igual, que no se podĂan cagar en este momentoâ, dijo Cogno. Pero el auto estaba a nombre de Valdez, y âni en pedo querĂa quedar pegadoâ.
Pose se comunicó con Legascue y Mendoza y cambió el rumbo del operativo. Salieron del café, Pose y Cogno se subieron a un taxi que los estaba esperando en la puerta y RĂos y Valdez los siguieron en el Escort con la droga en el baúl. Dieron vueltas durante una hora. Pose hablaba por teléfono pidiendo âzonaâ para bajar el cargamento. Estacionaron en la plaza de la flor de ATC, detrás de una combi blanca con cortinas en sus ventanas. La calma que se siente al caminar por los alrededores boscosos del canal estatal contrarrestaba con la impaciencia de Cogno. SabĂa que algo andaba mal. âApenas puse un pie en el piso, una docena de gendarmes se me tiraron encima al grito de âquién es Carlos Cogno, quién es Carlos Cogno, carajoââ.
Inmediatamente arrestaron a los tres. Pose se fue al âtrotecitoâ. Cogno asegura haberlo visto subirse a un BMW negro.
Tiempo más tarde Tenembaun confesó a BonadĂo que se trataba del auto oficial del ex embajador de Estados Unidos en la Argentina, Lino Gutiérrez. Esa noche Pose, su contacto con la DEA, el agente Arthur Staples y el resto del team de Anthony Greco Jr. celebraron el fin del fallido operativo con champagne en la embajada.
En el texto original del pedido de jury a Bonadio se explica cómo procedió el juez federal.
El 16 de enero de 2004 resolvió âla situación procesal de los imputados Valdez, RĂos y Cogno, decretando el procesamiento con prisión preventiva de los mismos bajo la tipificación de transporte de material estupefaciente (art. 5, inciso C âin fineâ de la ley 23.737). Luego esa tipificación fue modificada por el magistrado, a la del delito de tenencia con fines de comercialización y con el agravante contemplado en el art. 11 inc. c de la ley 23.737 que contempla la conformación de una organización de tres o más personas para cometer los delitos previstos en los arts. 5 y 6 de la citada leyâ.
Bonadio pidió a CancillerĂa el listado de agentes de la DEA con permiso para operar en el paĂs. Intentó citar a declarar a dos ellos, Staples y Thomas Keith SolĂs, porque consideraba que estaban al tanto del plan para desprestigiar el Congreso y reclamó ayuda a la CancillerĂa.
El mismo dĂa del procesamiento de Cogno, RĂos y Valdez, la oficina de asuntos jurĂdicos del Ministerio de Relaciones Exteriores intermedió con un pedido formal, pero la embajada se negó y esgrimió âinmunidad diplomáticaâ para los dos agentes. CancillerĂa presentó un escrito de queja, y Bonadio se resignó.
Actualización del texto (N.del R.):
Años más tarde, Bonadio le dictó a Pose la falta de mérito, que luego revirtió la Cámara Federal. Ahora, los jueces Ricardo BasĂlico, José Michilini y Adrián GrĂŒnberg del Tribunal Oral Federal N° 1 se ocupan de juzgar los delitos narrados y Pose está acusado de transporte de estupefacientes. El fiscal del juicio Marcelo Colombo pidió cuatro años de cárcel para el informante de la DEA y la absolución de Mendoza, quien debe declarar la próxima semana y se espera un revelador testimonio. Tarde o temprano, la verdad siempre florece.