Por él, cada 10 de diciembre se celebra el DÃa del Tango. Su vida pudo terminar 20 años antes que el trágico accidente de MedellÃn, cuando fue vÃctima de un atentado. Una historia que mezcla una amante, un gángster despechado, dos sicarios y un temible miembro del hampa que lo salvó
El sábado 10 de diciembre de 1915, Carlos Gardel decidió recibir su cumpleaños en el Palais de Glace. Allà se dirigió, de madrugada, junto a su amigo, el actor ElÃas Alippi. En aquel elegante lugar se reunÃa la juventud y la bohemia porteña para bailar tango. Cuando estaba por ingresar un hombre le efectuó un disparo en el pecho con un revólver. “Ya no vas a cantar más ‘El Moro’, le dijo el atacante.
De inmediato, Gardel fue trasladado al Hospital Ramos MejÃa, donde el doctor Donovan comprobó que el cantante tenÃa alojada una bala en su pulmón izquierdo. Luego de analizar la herida, el médico determinó que era extremadamente peligroso el intentar extraerla.
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¿Qué es lo que habÃa ocurrido? Versiones más o menos coincidentes señalan que Gardel tenÃa un amorÃo con una mujer conocida como Madame Jeanette o La Ritana, que habÃa sido cantante de Enrique Caruso. Por entonces era dueña de un salón de baile de la calle Viamonte y fue por su gestión que el popular dúo Gardel-Razzano habÃa comenzado a actuar en el Armenonville, un lujoso restaurante concert, ubicado en la avenida Alvear y Tagle.
Pero La Ritana ya estaba comprometida, y no con cualquier persona sino con Juan Garesio, miembro del hampa porteña y dueño del cabaret Chantecler, que funcionaba en la calle Paraná al 400.
Garesio, al enterarse del romance, mandó a pegarle un tiro a Gardel. El brazo ejecutor fue Roberto Guevara, quien fue acompañado por un individuo de nombre Gregorio Gallegos de la Serna. Algunos sostienen que eran parientes lejanos del que después se convertirÃa en el Che Guevara.
Cuando Gardel se recuperó, buscó protección porque temÃa que Garesio mandase a otro sicario a terminar su labor. Asà es que se contactó con su amigo Juan Ruggiero, más conocido como “Ruggieritoâ€, el pistolero que trabajaba bajo las órdenes del intendente de Avellaneda Alberto Barceló. Como a Gardel le gustaba apostar, solÃa concurrir al comité-garito de Ruggiero de la avenida Pavón al 200, en Avellaneda. TerminarÃan siendo amigos.
Ruggiero fue al Chantecler a hablar con Garesio ya que ambos se conocÃan. “Por favor, dejalo tranquilo a Gardel. Lo que pasó fue, y ya no se puede volver atrás. Te lo pido yoâ€. Pero con los que habÃan atentado contra la vida del cantante, Ruggiero fue más terminante: “Si tocan a Gardel, habrá guerraâ€.
Garesio cumplió su palabra. Hasta que los ánimos se calmasen, Gardel fue alojado en la estancia de Pedro Etchegaray, en Uruguay. Nunca olvidarÃa el gesto de Ruggierito a tal punto que participarÃa en todo acto del Partido Conservador que se realizarÃa en Avellaneda, en tiempos en que los mitines polÃticos eran amenizados por cantantes populares, como los payadores Gabino Ezeiza o José Betinotti, que lo hacÃan en actos del radicalismo.
Gardel junto a Ruggierito, el gángster que lo salvó
El historiador Norberto Folino asegura que, según Esteban Capot, amigo de la infancia de Gardel, fue el intendente Barceló el que le consiguió la documentación que lo daban como nacido en Argentina para realizar sus giras por el exterior,. De esa manera, Gardel pudo evitar el servicio militar en Francia y que no lo detuviesen por desertor.
Cuando el 24 de junio de 1935 ocurrió la tragedia de MedellÃn
, donde Carlos Gardel perdió la vida en un accidente de aviación, los médicos que le efectuaron la autopsia descubrieron la bala, y entonces comenzó a correr la historia de que habÃa habido un tiroteo dentro de la aeronave. Los profesionales colombianos nunca podrÃan saber que esa bala habÃa acompañado a Carlos Gardel durante 20 años de vida artÃstica. Y que ese proyectil tal vez haya contribuido a la famosa aseveración de que “Gardel canta cada dÃa mejorâ€.