El pescador Michael Packard narró cómo hizo para salir a salvo de una ballena jorobada.
Michael Packard, un buzo pescador de langostas de 57 años, contó como fue la experiencia de haber sido tragado y escupido por una ballena jorobada en la costa este de Estados Unidos. Salió casi ileso y reveló de que manera sobrevivió al terrible ataque del cetáceo.
El hecho ocurrió un mes atrás, cuando Packard buceaba en las costas de la localidad de Cape Cod, una penÃnsula ubicada en el extremo oriental de la costa del estado de Massachusetts, en el paÃs del norte. El hombre permaneció unos minutos en la boca de la ballena y luego fue escupido por ella. Como consecuencia solo tuvo una dislocación de su rodilla.
“Estaba en mi tercera inmersión en busca de langostas, nadando como lo hice durante 30 años, y de pronto, me atropelló un tren de carga de la nada, y todo se oscurecióâ€, dijo Packard este domingo al canal de televisión australiano 9News.
Packard principio pensó que lo habÃa tragado un tiburón, pero luego comprobó que no tenÃa dientes y él no habÃa sentido ningún corte. “Tardé unos cinco segundos en darme cuenta de que estaba en la boca de una ballena. Entonces me dije: ‘A la m...’â€, afirmó y contó que intentó salir pero se dio cuenta que no podrÃa hacerlo a menos que el animal lo deseara.
“Me di cuenta de que estaba navegando por el agua dentro de la boca de una ballena. Navegaba en el mar y el agua entraba en su bocaâ€, relató.
El hombre pudo sobrevivir en la boca de la ballena porque estaba llena de agua y le quedaba oxÃgeno en el tanque: “Cuando fui tragado se salió de mi boca el regulador. Pero gracias a Dios, no se me alejó demasiado. Estaba presionado entre la boca del animal y yo. Estaba trabado ahÃ, por suerte lo vi y me lo volvà a poner en la bocaâ€.
“Sentà todos los músculos duros a mi alrededor. Sentà lo que serÃan sus mandÃbulas aplastando mis piernas, que traté de mover para hacer palanca y poder nadar fuera de la boca. Pero nada funcionabaâ€, expresó.
Packard afirmó que entonces pensó que habÃa llegado su fin. “Estaba convencido de que era hombre muerto. Solo podÃa pensar en mis hijos, en mi encantadora esposa, y en mi madre, que ha pasado por un infiernoâ€, contó y entonces se dijo a sà mismo:“Es asà como te vas a ir, Michael, esto apestaâ€.
“Sentà a la ballena subir y vi luz -continuó el relato-. Luego se puso errática, se movÃa para todos lados. ‘Está tratando de deshacerse de mÃ', pensé. TenÃa ahora un poquito de esperanzaâ€.
Entonces se dio cuenta de que estaba libre. “De pronto, me sentà liviano, en el aire. Fui arrojado hacia un ladoâ€, contó.
“Estaba tendido en la superficie del mar mirando hacia arriba y pensé: ‘Dios mÃo, salà de ahÃ, salà de eso. ¡Estoy vivo! No importa cómo estaré de lesionado, no voy a morir dentro de una ballena’â€, manifestó Packard.