“Cuando entré al salón todos me aplaudÃan. ¡Me hicieron sentir una reinaâ€, dijo a Infobae Nina, a sus 79 años tuvo el anhelado festejo al lado de su familia en la ciudad de La Plata
Un vestido rosado largo, mostacillas con brillos, tules, transparencias y un corset en forma de corazón con los hombros al descubierto. Asà era el vestido que Idalina Silva habÃa soñado en su adolescencia. No pudo tenerlo. Su familia era muy pobre y cuando su cumpleaños número 15 se aproximaba supo que debÃa dejar su sueño de lado. Y no hubo vestido largo ni vals con su padre, ni torta ni souvenirs. La realidad le pedÃa otra cosa: salir a trabajar.
Nina nació el 9 de enero de 1941 en la provincia de Corrientes. Cuando aún era pequeña, sus humildes padres se mudaron en busca de posibilidades a la ciudad de La Plata y se encontraron con horas de trabajo duro y mal pago. Teniendo apenas lo suficiente para comer, cuando Nina estaba por cumplir sus 15 no sólo no pudo tener el vestido, que sus amigas y otras chicas de sus edad lucÃan, sino que debió salir a trabajar como empleada doméstica para poder ayudar con los gastos de la casa.
Ese fue su empleo por 9 años. Años más tarde formó pareja, se casó y empezaron a llegar los hijos. Tuvo diez y creyó que la fantasÃa de juventud habÃa quedado definitivamente enterrada en lo más profundo de su corazón. Sin embargo, esos hijos a los que crió con tanto esfuerzo fueron quienes le regalaron la mejor noche de su vida.
El pasado 11 de enero, cuando Nina celebró su 79 años, su gran familia -son 84 entre hijos, nietos y bisnietos- hizo realidad aquel deseo y pudo tener su vestido de princesa. “Mis hijos me habÃan dicho que harÃan un festejo, pero no creà que a esta edad me harÃan una fiesta de 15. Pero la hicieron y se los agradezco porque fue un sueño cumplidoâ€, dijo emocionada la mujer a Infobae.
Fue su hija Yolanda la artÃfice de todo. “La idea de regalarle su soñado vestido surgió a mediados de octubre cuando estábamos viendo con mamá una revista con modelos de 15 y me contó que no habÃa tenido su fiesta. Me dijo como al pasar que le hubiera gustado ponerse uno de esos vestidos. El domingo siguiente le festejamos el DÃa de la Madre junto a mis hermanos y aproveché el momento para contarles la idea de la gran fiesta. Todos dijeron que sà y decidimos organizarle ese festejo para su próximo cumpleañosâ€, cuenta la menor de las hijas.
El vestido, el vals y la fiesta de Nina
Durante 2019, dos nietas de Nina cumplieron los 15 y los preparativos de sus fiestas hicieron que la abuela volviera a encontrarse con aquel sueño de juventud.
Fue asà que llegó esta tarde de octubre donde la mujer le confió a su hija que el mayor deseo de su vida habÃa sido ponerse uno de esos hermosos vestidos, que solÃa ver en revistas o en las vidrieras y que siempre le habÃan resultado inalcanzables. “Mi mamá creció en un hogar muy humilde y para sus padres fue imposible hacerle una fiesta. VivÃan en La Plata y su padre tenÃa un empleo en Berisso donde ganaba poco... Mi mamá ni siquiera pudo ir a la escuelaâ€, lamenta Yolanda en diálogo con Info24.
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Después del aquel festejo del último DÃa de la Madre nadie volvió a hablar sobre el vestido de Nina y ella, en silencio, una vez más dejó escapar ese sueño. “A mediados de diciembre comenzamos a organizar la celebración y se lo contamos, pero ella no nos creÃa -afirma Yolanda y se rÃe-. Hasta que finalmente se dio cuenta de que todo estaba avanzando y se hizo a la idea de que tendrÃa su fiestaâ€.
Ya era diciembre cuando otra de las hijas pasó a buscarla por su casa para ir a comprar el vestido. “No tardó nada en elegirlo. Vio uno que le encantó y ahà nomás dijo ‘¡Este es mÃo!’ ¡Y se lo trajo!â€. “Me gustó porque tenÃa todo lo que yo querÃa. ¡No le faltaba nada!â€, confesó la homenajeada
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Por los zapatos que aún le faltaban, la mujer hizo hasta lo impensado: “Mi mamá tiene artrosis en las piernas y no sale a caminar porque el dolor la vence, pero un dÃa antes de la fiesta recorrió todo el barrio buscando zapatos para ponerse con su vestido. Y como ninguno le gustaba el mismo dÃa de la fiesta volvió a salir para buscarlos hasta que los encontró. ¡Caminó¡ ¡Se sentÃa motivada!â€, contó entre risas Yolanda.
A las nueve de la noche del sábado 11 de enero, Nina bajó de un auto blanco con un gran moño rosado. Entre aplausos y papelitos de colores entró al salón del brazo del menor de sus hijos. La canción Hero, de Mariah Carey, acompañó los pasos de la mujer que a los 79 años estaba cumpliendo el sueño de su vida.
Esa noche los dolores le dieron una tregua: bailó el vals con sus hijos, sus nietos, sus bisnietos. ¡Hasta bailó cumbia! “Nunca la habÃamos visto con tanta felicidad, tan contenta... Cuando entró nos emocionamos todos porque los chicos empezaron a aplaudir fuerte, a gritarle cosas lindas y a alentarla... Todos sus nietos fueron a abrazarla. La fiesta tuvo todos los detalles de una quinceañera: su torta, los sourveniers y todo lo que siempre soñóâ€, revive esa noche la artÃfice de la celebración.
Nica recuerda que cuando se casó tampoco pudo tener su fiesta ya que el dinero alcanzó solo para una pequeña reunión familiar en casa. Esta fue la primer gran fiesta de su vida.
“Estuvo todo muy lindo y nunca esperé una algo asÃ. Cuando entré al salón ¡me quise morir! Estaban todos aplaudiéndome y me dije: ‘¡Debo ser una reina por tanto aplauso!'. La verdad, me hicieron sentir como una reina’", dijo la abuela. “Estaba muy tranquila y eso fue raro porque no soy de estar tranquila. Pero esa noche ¡hasta bailé! Tan contenta estaba que al otro dÃa me levanté sin un solo dolorâ€.
“Ni nosotros, los hijos, ni los nietos ni los bisnietos la habÃamos visto antes bailar -dice Yolanda-. Nunca en su vida habÃa bailado y fue una sorpresa para todos porque por la artrosis vive sentada. Pero en su fiesta pachangueó toda la noche. En ese momento no le importó nada... ¡Volvió a tener 15 años de verdad!â€.
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