El actor perdió la vida el 20 de enero de 1980 cuando manipulaba un arma de fuego dentro de su auto. Ocurrió en Mar del Plata, donde se encontraba haciendo una exitosa temporada teatral
La magia de la televisión, lo habĂan convertido en el actor más popular del momento con su personaje de colectivero llamado Juan Arregui en la telenovela Un mundo de 20 asientos, metiéndose en las casas argentinas en 1978. Desde ese entonces, con pocos antecedentes de peso y con otro protagónico en Amar al Ladrón, junto a su mujer Cristina del Valle, logró convertirse en el dueño del rating.
Pero, en la madrugada del viernes 18 de enero todo cambió cuando discutĂa con su esposa sobre la conveniencia de portar armas. “Claudio estaba nervioso esa noche, debĂa viajar a Buenos Aires y volver a tiempo para las funciones de la obra en Mar del Plata”, testimonió Del Valle, tiempo después del trágico accidente, según revela el libro Las Anécdotas Del Mundo Del Espectáculo, de Néstor Romano.
“Cenamos con (Rodolfo) Bebán y Gabriela Gili. Al salir llovĂa copiosamente, nos subimos al auto -Ford Taunus- conversamos con Claudio y yo, previsora, y sin saber que él tenĂa un arma, le dije que debĂamos tener cuidado. HabĂa muchos asaltos y podrĂamos enfrentarnos con ladrones en la ruta. Me quiso demostrar que se sentĂa apoyado por el revolver que tenĂa en la guantera. Lo sacó de allĂ y lo levantó en alto. De pronto, sonó el disparo. Lo hirió en la cabeza ¡Fue terrible!”, relató Cristina.
Alrededor de las 2.40 de aquella madrugada el actor cayó sobre su costado izquierdo dentro del auto. Cerca de la oreja derecha tenĂa un orificio de 3 milĂmetros de diámetro por el que le brotaba sangre. Desesperada, Cristina del Valle gritó en medio de aquella madrugada solitaria. Minutos después hasta el lugar se acercaron un agente de policĂa y un taxista, quienes cargaron a Levrino - que se encontraba en estado crĂtico- en el taxi para llevarlo al centro asistencial más cercano.
“Se comunica que en la fecha, a la hora 3, ingresó a este nosocomio el Señor Claudio Levrino, vĂctima de un accidente, siendo su estado de extrema gravedad. Firmado: Dr. R. Distéfano”, señaló un parte médico que impactó entonces a la opinión pública.
El artista habĂa llegado hasta la clĂnica marplatense Pueyrredón con una herida de bala en su cabeza que entonces nadie podĂa explicar. Horas después, reveló que Levrino se habĂa puesto un revolver en la cien y apretó el gatillo, pensando que el arma estaba descargada.
Varios medios de la época coincidieron en señalar que durante el trayecto la pareja discutió sobre lo que más asustaba a Del Valle: la pistola Beretta calibre 22 de Levrino, que la actriz consideraba peligrosa porque en algunas ocasiones quedaba al alcance de los pequeños hijos del matrimonio.
Las horas que siguieron a aquel episodio fueron de pura conmoción. Por la clĂnica a la que llevaron al actor desfilaron los artistas y las personalidades más importantes del espectáculo de aquella época.
El doctor Raúl Matera, una eminencia de la neurocirugĂa, viajó desde Uruguay para atenderlo. El experto hizo lo posible por salvarle la vida pero su intento fue en vano. La muerte cerebral del actor era irreversible. Tras horas de agonĂa, el artista murió a las 2.30 de la madrugada del 20 de enero.
Aquel domingo, Buenos Aires amaneció golpeada por la noticia. Unas cuatro mil personas desfilaron por la sala velatoria de avenida Córdoba al 5600. No faltaron los colectivos, ni el interno 86 de la lĂnea 60, tantas veces manejado por él. Cuarenta minutos se demoró la salida del cortejo fúnebre frente al desborde del público. Decenas de mujeres se desmayaron, entre gritos desesperados y llantos desgarradores.
Resultó imposible conducir el féretro hasta la capilla de la Chacarita porque la multitud cerraba el paso por completo. Claudio Levrino fue vĂctima de esa falsa inmunidad que ofrece la fama. TenĂa 35 años y en muy poco tiempo habĂa alcanzado la tierra prometida de los Ădolos.
En los dĂas sucesivos los restos del actor fueron sometidos a una autopsia. Incluso su esposa fue convocada a una pericia para determinar si en algún momento habĂa estado en contacto con el arma que terminó con la vida del actor. Los estudios determinaron que las huellas encontradas en el arma eran únicamente las de Levrino y la Justicia sentenció que lo ocurrido aquella madrugada, se trató de un accidente y dio por cerrada la causa.
Fans
Fans