La increĂ­ble historia de la falsa hija de Perón que provocó un enfrentamiento judicial con Isabelita durante 15 años

Se llamaba Martha Holgado, habĂ­a nacido en 1934 y aseguraba que era fruto de una relación extramatrimonial de su madre con el entonces capitán Juan Domingo Perón. A principios de los ’90 paseó por los medios relatando su “

Martha Susana Holgado tenĂ­a 60 años. Según la partida de nacimiento habĂ­a nacido en Buenos Aires el 16 de julio de 1934, fruto del matrimonio de Eugenio Holgado y MarĂ­a Cecilia Demarchis. Sin embargo, aseguraba que su madre habĂ­a quedado embarazada durante un breve pero apasionado romance con el capitán Juan Domingo Perón (NA)
CorrĂ­an los primeros años de la década de los ’90 y en la Argentina del uno a uno la farandulización de la polĂ­tica ganaba espacio en los medios de la comunicación. En ese contexto, una mujer apareció de la nada y dijo: “Soy la hija no reconocida de Perón”.
Martha Susana Holgado estaba a punto de cumplir 60 años. Según la partida de nacimiento habĂ­a nacido en Buenos Aires el 16 de julio de 1934, fruto del matrimonio de Eugenio Holgado y MarĂ­a Cecilia Demarchis. Sin embargo, aseguraba que su madre habĂ­a quedado embarazada de ella durante un breve pero apasionado romance mantenido con el entonces capitán Juan Domingo Perón, mientras estaba separada temporalmente de Holgado. Eran los tiempos en que Perón estaba casado con su primera esposa, Aurelia Gabriela Tizón.
Al reconciliarse el matrimonio Holgado, anotaron a la niña como propia, aunque Eugenio Holgado sabĂ­a que no era su hija.
Martha Holgado decĂ­a también que Perón la habĂ­a reconocido casi 20 años después, pero que una conspiración habĂ­a hecho desaparecer el documento.

-Mi padre me reconoció como su hija con el nombre de LucĂ­a Victoria en un acta notarial en la que constaba el nombre de mi madre y que desapareció misteriosamente de los registros oficiales – repetĂ­a, casi sin cambiar una palabra a la frase, en cuanta oportunidad se le presentaba.
Contaba también que habĂ­a vivido durante muchos años en los Estados Unidos, más precisamente en Los Ángeles, y que habĂ­a vuelto al paĂ­s para luchar legalmente para ser reconocida y que se supiera de una vez por todas la verdad. Para eso habĂ­a iniciado acciones legales a las que se oponĂ­a, también judicialmente, la viuda del tercer matrimonio de Perón, MarĂ­a Estela “Isabelita” MartĂ­nez de Perón.
Como trasfondo, estaba en juego la herencia del general fallecido en ejercicio de la presidencia el 1° de julio de 1974.
Se iniciaba asĂ­ una batalla legal que durarĂ­a 15 años y también una serie de maniobras de todo tipo de las que participaron médicos, polĂ­ticos y también oportunistas que quisieron sacar tajada de la cuestión.

El relato de Holgado

Holgado decĂ­a que creció sin dudar que era hija de Eugenio, su padre legal, pero que recordaba haber conocido a Perón cuando era muy chica y que habĂ­a sido muy cariñoso con ella.
-Lo vi por primera vez a los ocho años. Me vino a visitar al Colegio Misericordia, donde yo estudiaba, acompañado por el chofer de mis padres (el matrimonio Holgado). AsĂ­ me pudo ver. Me preguntó si estudiaba Instrucción CĂ­vica, si habĂ­a tomado la comunión, si era buena alumna. Me abrazó y me besó. No me dijo que era mi padre, me dijo que tenĂ­a una hija como yo – contaba.


Marta aseguraba que Juan Domingo Perón fue a visitar al marido de su madre -quien la aceptó como hija propia- cuando ella era pequeña: "Entre los dos convinieron en no decirme nada hasta que yo fuera mayorcita, para no crearme traumas”, afirmó (Everett/Shutterstock)
Relataba también que, tras aquella visita de Perón, su madre le contó que el mismĂ­simo Perón fue a su casa para hablar con Eugenio y llegar a un acuerdo.
-Lo fue a ver al señor Holgado (asĂ­ se referĂ­a ella a su padre legal) y entre los dos convinieron en no decirme nada hasta que yo fuera mayorcita, para no crearme traumas. Ese es el motivo por el cual yo crecĂ­ sin saber que era hija de “Juancito” – explicaba.
Cuando contaba su historia, Martha Holgado se referĂ­a a Perón como “Juancito”, como – decĂ­a - lo llamaba su madre al referirse a él.

Una cita en la Casa Rosada

Siempre según el relato de Holgado, recién supo “la verdad” a los 19 años. CorrĂ­a 1953 y hacĂ­a un año que habĂ­a muerto Eva Perón, la segunda esposa de “Juancito” cuando un hombre cercano a Perón la citó telefónicamente diciéndole que tenĂ­a que contarle algo.
-Era el señor Yañez, un custodio y amigo personal de él. Me citó en un lugar neutral y me contó las cosas como eran. Yo no habĂ­a cumplido 20 años. Fue un shock enorme – decĂ­a Holgado al contar su historia.
Relataba que apenas salida del shock le habĂ­a dicho a Yañez que querĂ­a ver a Perón y que el hombre la pasó a buscar por su casa al dĂ­a siguiente para llevarla a la Casa Rosada. “Juancito” la esperaba.
-Hablé con él más de cinco horas. Me contó las cosas con una ternura, con un afecto, con una dosis de amor tan grande
 Me explicó cómo habĂ­a querido a mi madre, las cosas que habĂ­an sucedido y por qué hasta ese momento él no se habĂ­a decidido a contarme la verdad – seguĂ­a contando. Al salir fui directo a mi casa y le pregunté a mi mamá si era cierto. Ella me confirmó todo -agregó.
Sin embargo, guardó silencio muy extenso que duró cuatro décadas.

Impresiones de un cronista

En 1993 Martha Holgado circulaba con su historia por los medios. Le hacĂ­an notas en diarios y radios y fue invitada central en un almuerzo de Mirtha Legrand. Para la revista Flash, creada por Héctor Ricardo GarcĂ­a y por entonces dirigida por Roberto “Tito” Jacobson “La hija de Perón” era un tema digno de ir en la tapa.
Por el tipo de medio –de los llamados “de interés general” pero con fuerte anclaje en el mundo del espectáculo y sus escándalos– no se trataba de investigar la historia, sino de entrevistar a la mujer y a cuanta persona pudiera decir algo sobre el tema. Jacobson le encomendó a un joven cronista, Gabriel Bencivengo, que lo cubriera.
“La contactamos a través del abogado y demoraron en darnos la entrevista. QuerĂ­an hacerla en un lugar en particular, una Unidad Básica de Quilmes, en una casa antigua. Fue una situación bizarra: habĂ­an cortado el tránsito en la calle y habĂ­an puesto un acoplado para hacer un acto polĂ­tico. Holgado demoró muchĂ­simo en llegar y apenas si dijo unas palabras en el acto. Creo que buscaban potenciar esa unidad básica. Recién después pude hacerle la entrevista, donde me contó lo que contaba en todos lados”, recuerda Bencivengo.


Un gran obstáculo para la credibilidad de la historia era que siempre se habĂ­a dicho que Perón era estéril. Para eso Holgado tenĂ­a una respuesta: "Juancito quedó estéril en un accidente de moto en 1939
, yo fui concebida en el ‘33", decĂ­a (NA)
Cuenta también que fue a la entrevista con escepticismo –quizá la cuota inevitable de escepticismo que requiere el ejercicio del periodismo- y que lo hablado con Holgado reforzó la idea de que todo se trataba de un montaje.
-En ese momento pensé que se trataba de una oportunista, que estaba tratando de ver si podĂ­an sacar alguna tajada con esta historia. Nunca me tomé en serio lo de Holgado porque cuando hablabas con ella, si apretabas un poco a fondo y pedĂ­as que te diera alguna precisión, alguna prueba, algo concreto que se pudiera chequear, las respuestas empezaban a diluirse, ella volvĂ­a a decir generalidades, esquivando el asunto -dice.
Un gran obstáculo para la credibilidad de la historia era que siempre se habĂ­a dicho que Perón era estéril. Para eso Holgado tenĂ­a una respuesta:
-Juancito quedó estéril en un accidente de moto en 1939
, yo fui concebida en el ‘33 – decĂ­a.

Un médico ahĂ­

Por esos dĂ­as entró en escena otro protagonista de la historia, un antiguo médico personal de Juan Domingo Perón –o por lo menos eso aseguraba– llamado Hipólito Barreiro.
-La historia de que Perón era estéril no es cierta. Estoy seguro de la que señora Martha Holgado es su hija – salió a decir el hombre que muchos años después publicarĂ­a una biografĂ­a del ex presidente a la que tituló Juancito Sosa, el indio que cambió la historia.
Barreiro descartaba incluso la esterilidad posterior al nacimiento de Holgado a raĂ­z del accidente con la moto e iba más allá: sostenĂ­a que Perón habĂ­a tenido una hija en 1941.
-Hay otra hija, que engendró durante un viaje a Europa y testimonios de personas muy cercanas al general certifican que Jorge Antonio fue enviado por él a Europa a buscar a esa hija y no la encontró, pero pudo saber que efectivamente la criatura habĂ­a nacido en un convento de monjas – decĂ­a.
Encargado de la serie de notas de la revista Flash sobre el tema, Gabriel Bencivengo lo entrevistó. “Fui a ver a Barreiro a lo que quedaba de una clĂ­nica, porque era un edificio no muy en uso. El tipo tenĂ­a un consultorio en mal estado lleno de imágenes de Perón, con sĂ­mbolos peronistas, era una cosa muy bizarra... AhĂ­ me contó que lo de la esterilidad era falso, lo de las dos hijas y la historia de la búsqueda de una en España, donde aparecĂ­an Jorge Antonio y el convento, que ni siquiera sabĂ­a qué convento era. Era puro relato, no te daba un solo dato concreto. De novela, mala”, recuerda.

Dos chantas audaces

Casi al mismo tiempo un llamado telefónico a la redacción de Flash abrió una nueva vertiente del tema. Del otro lado de la lĂ­nea, un hombre que no se identificó aseguraba tener fotos de una joven Martha Holgado en compañĂ­a de Perón y las ofrecĂ­a.
-Jacobson me encargó ir a verlo. En realidad eran dos tipos que nunca supe cómo se llamaban. Primero me citaron en el lobby de un hotel de la avenida Diagonal Norte, pero no aparecieron. Después de algunas vueltas, la reunión se hizo en un bar de Independencia, a un par de cuadras de la 9 de Julio. La primera impresión que me dieron los tipos fue malĂ­sima, porque los veĂ­a truchos, a cada rato se levantaban por turnos, iban al baño y volvĂ­an, duros. Estaban pasados de merca. PedĂ­an guita por la foto -recuerda Bencivengo.
-ÂżY la foto?
-Era una foto en papel, blanco y negro, de un almuerzo en una mesa bastante grande donde habĂ­a gente muy bien vestida. Se lo veĂ­a a Perón y habĂ­a una chica jovencita. Ellos sostenĂ­an que era Martha Holgado de adolescente. Era imposible saber si era ella o no. No me acuerdo la suma que pedĂ­an por la foto, pero lo llamé a Jacobson y dijo que no, que ni en pedo la comprábamos. Los tipos quedaron en volver a llamar, pero desaparecieron del mapa – responde.

Final con ADN

Después de su cuarto de hora de fama –que en realidad se prolongó durante casi cuatro años– Martha Holgado y su historia perdieron espacio en los medios hasta quedar casi olvidadas. En cambio, la batalla legal con Isabel Perón seguĂ­a adelante. Durante años, la viuda del ex presidente se opuso a que se exhumaran los restos para realizar análisis de ADN que confirmaban o descartaran su vĂ­nculo con Holgado. Nadie estaba seguro de cuál serĂ­a el resultado.

"Con o sin ADN yo nacĂ­ como la hija de Juancito y voy a morir como hija de Juancito – dijo, ofuscada Martha Holgado cuando le notificaron el fallo que terminó con casi quince años de batalla judicial " (NA)
Recién en 2006 la jueza Marta Ilundain –a cargo de la causa- dictaminó que se realizara la prueba de ADN. En realidad fueron tres pruebas: la ordenada por la Justicia, en el Primer Centro Argentino de Inmunogenética (Pricai), dependiente de la Fundación Favaloro; la pericia de parte exigida por la querella entablada por Isabel Perón, en el Laboratorio de BiologĂ­a Molecular del Centro de Procesos de Córdoba (Ceprocor); y la encargada por los abogados de Holgado, a cargo del perito Gustavo Penacino, que la realizó en su laboratorio y también envió muestras a un laboratorio de Madrid.
Los resultados de las dos primeras pericias se conocieron simultáneamente el 16 de noviembre de 2006 y los dos dieron negativo. Los abogados de Holgado intentaron rechazarlos, alegando que las muestras estaban contaminadas por los productos quĂ­micos que se habĂ­an utilizado en el cuerpo de Perón después de su muerte. El pedido de invalidar las pruebas no prosperó.
-Con o sin ADN yo nacĂ­ como la hija de Juancito y voy a morir como hija de Juancito – dijo, ofuscada Martha Holgado cuando le notificaron el fallo que terminó con casi quince años de batalla judicial.
Murió menos de un año después, el 7 de junio de 2007, sin dejar de sostener que era “la hija de Perón”.

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