Estaban filmando un cortometraje y cinco jóvenes los acorralaron a punta de pistola y cuchillos. Hubo corridas y forcejeos. Perdieron todos los equipos que habían alquilado y ahora necesitan 320 mil pesos para reponerlos

Sucedió el domingo 2 de febrero a las 16 en el Parque Pereyra Iraola de La Plata. María Bonadeo (25) y seis compañeras (Eliana Felippini, Sol García, Jazmín Caramp, Naomy Gauna, Evangelina Candia y Paula Cáceres) con las que estudia cine en la Facultad de Artes de La Plata, estaban grabando un cortometraje junto a dos actores (Julián Moya Zenteno y Johanna Villar).

“Era nuestra segunda jornada de rodaje y nos habíamos ubicado al costado de un arrollo para grabar las últimas escenas. Los guardias del parque sabían que íbamos a estar ahí”, repasó María en comunicación con Infobae. En ese momento, un grupo de cinco jóvenes (“personas entre 18 y 27 años aproximadamente”) se acercaron y les preguntaron qué estaban haciendo.



“No les prestamos atención, pero nos pusimos en alerta. 'Apurémonos’ me dijo una de mis compañeras. Cinco segundos después, empezaron a acercarse en hilera hasta que nos rodearon. Tenían cuchillos. De pronto, uno que llevaba puesta una remera gris sacó un arma negra y preguntó quién era el director. ‘Les informo que están todos robado’, dijo”, cuenta María a este medio.

Lo que siguió después fue confuso y violento. Hubo gritos y empujones. Algunas de las chicas quisieron escapar. Eliana Felippini, por ejemplo, salió corriendo, se cayó y se esguinzó el tobillo. Otras intentaron rescatar los equipos y forcejearon con los ladrones.



A María Bonadeo, según su relato, uno de los ladrones le frotaba el revólver por la cabeza. Lo peor: a muy pocos metros, había gente tomando mate en el parque. “Nosotras gritábamos y ellos nos miraban y no hacían nada”, cuenta la estudiante, que además asegura que en el predio también había policías.

La denuncia quedó radicada en la Comisaria Berazategui Tercera. Pero el mal trago no terminó ahí. Si bien no hubo heridos de gravedad, las seis estudiantes habían alquilado los equipos que les robaron: cámaras, lentes y micrófonos. “Entre todos suman 320 mil pesos. No tenemos dinero para reponerlos”, dijo María, que decidió recurrir a los medios para pedir ayuda.



“Todo lo que nos puedan donar, nos sirve”, cierra María Bonadeo, y deja los datos de una cuenta bancaria, donde espera recibir dinero para comprar los equipos que les robaron.