El músico, a punto de cumplir 70 años, reveló cómo motorizó esa droga su proceso creativo.
Charly GarcÃa grabó su legendario disco Piano Bar en solo una semana febril de 1984. El mismo Charly, en el mismo año, produjo y grabó el disco debut de Los Twist, Cachetazo al vicio, en solo 48 horas de sexo, droga y rock and roll. Meses antes, en un departamento de la Ciudad de Buenos Aires, Rodolfo Fogwill, ante una máquina de escribir y un cajón lleno de cocaÃna, escribió su obra cumbre, Los pichiciegos.
Pasó una década y media desde todo ese cúmulo de exceso y artistas en carne viva hasta que JoaquÃn Sabina, el juglar de las noches negras de Madrid, escribió a base de whisky, cocaÃna y café su obra cumbre, 19 dÃas y 500 noches.
El disco que transformó al ya por entonces exitoso cantautor en Ãcono definitivo de la música popular española contiene una lista de canciones memorables, lúcidas y al borde de todo.
"Fue la época más enloquecida", dispara el músico en el libro 19 dÃas y 500 noches, Sabina fin de siglo, el libro escrito por Juan Puchades, editado en España y que se consigue en las librerÃas argentinas.
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